El cosmos es un lugar donde lo desconocido abunda y donde nosotros somos menos que una gota de agua en el mar. En este inmenso lugar encontramos galaxias, estrellas, planetas, cometas, etc. En medio de todos estos cuerpos, ya familiares para nosotros, se encuentran algunos objetos descubiertos no hace mucho tiempo que parecen desobedecer las leyes de la naturaleza, son enigmas a miles de años luz de nosotros. El lugar donde esto ocurre se llama Agujero Negro, su fuerza de gravedad es tan intensa que cualquier cosa que se acerque es absorbida dentro incluso la luz no puede escapar a su fuerza.
Los científicos no están seguros de su origen, pero es una posibilidad que se origina cuando una estrella llega al final de su vida. Para conocer más claramente el ciclo que lleva a los agujeros negros, haremos una reseña sobre la evolución estelar. Como todos sabemos, las estrellas nacen, viven y mueren; todas sin excepción pasan por estas etapas, nuestro Sol luego de haber producido energía durante diez mil millones de años (hoy el Sol tiene cinco mil millones de años, encontrándose por lo tanto en la mitad de su vida): experimentará un profundo cambio, terminándose el hidrogeno, su principal combustible, faltará presión interna y las capas más profundas serán colapsadas, mientras las externas se expandirán.
En el transcurso de estos acontecimientos catastróficos, la materia solar de las regiones profundas será comprimida hasta tal punto que los espacios entre los átomos se reducirán. En este punto, la enorme esfera que es el Sol disminuirá su tamaño al de nuestro planeta y su luz descenderá unas diez mil veces; convirtiéndose en lo que los astrónomos llaman Enanas Blancas.
De esta forma terminara sus días nuestro astro rey, sin embargo, no todas las estrellas terminan así, ya que existen otras posibilidades.
Si una estrella supera unas cuatro veces la masa solar, el colapso no se detiene en la etapa de enana blanca, sino que continua; los átomos se comprimen hasta tal punto que los protones y electrones se unen para formar neutrones, de modo que toda la estrella que constituida de esta partícula, llamándose Estrella de Neutrones.
Un proceso de este tipo se produce en algunas estrellas llamadas Supernovas, la que en cierto punto de sus vidas, estallan emitiendo grandes cantidades de energía, haciendo que los residuos de la explosión se expandan formando una nebulosa de gas; mientras que los residuos internos entrarán en colapso, dando lugar a una estrella de neutrones.
Un clásico ejemplo de este tipo se encuentra en el interior de la nebulosa Cangrejo; el astro que entro en colapso emite radiaciones en todas las longitudes de onda (desde ondas de radio a las de rayos X).
Una de las características de estas estrellas es la de latir como un radiofaro, por lo cual se le da el nombre de Pulsar. Enana Blanca y Estrella de Neutrones son dos etapas finales de la evolución estelar, sin embargo existe una tercera mucho más fascinante y que aún no ha podido ser verificada por las observaciones:
Los Agujeros Negros.
Si la estrella que ha agotado su combustible nuclear supera en ocho veces la masa solar, el colapso ni siquiera se detiene en la etapa de estrella de neutrones, sino – en teoría- puede continuar haciendo que la materia se concentre en un punto, mientras su densidad y la fuerza de gravedad tienden a hacerse infinitas. Los efectos de este proceso son desconcertante y de difícil comprensión, no solo para el sentido común, sino incluso para la propia física.
La gravedad ejercida por el objeto sería tan potente, que ni las partículas de luz emitidas por su superficie, podrían esquivarla; el extraño objeto se haría invisible, dejando en su lugar una zona completamente oscura, precisamente un Agujero Negro.
Una nave que por casualidad tuviese que pasar por las proximidades de un agujero negro, sería absorbida por el, precipitándose dentro de su embudo gravitatorio.
El comandante de esta hipotética nave ni siquiera podría informar por su radio lo que esta sucediendo; la nave seria estirada como un elástico a lo largo de la dirección de caída, y por lo tanto quedaría destruida, pero suponiendo que estuviese hecha de un material que resistiera estas fuerzas, la astronave no volvería a formar parte de nuestro universo; en efecto, algunas teorías expresan que los agujeros negros son túneles que se proyectan hacia otros universos o bien al nuestro propio, pero en espacios y tiempos diferentes. Así como por definición un agujero negro es invisible, se piensa hoy descubrirlos indirectamente a través de la observación de procesos energéticos que deberían involucrar a la materia cósmica absorbida por ellos.
Investigaciones de este tipo han llevado a los astrónomos a considerar que uno de los candidatos más firmes a ser llamado agujero negro, está representado por el objeto denominado “Cygnus X1” de la constelación del Cisne; ya que aquí es posible observar una estrella visible que recorre una órbita alrededor de una compañera invisible, perdiendo en su camino importantes cantidades de materia hacia ella, al igual que un gran flujo de rayos X. Otro objeto similar es el indicado como V-861 Scorpi, descubierto en 1978, por el satélite Copérnico.
A pesar de que estos cuerpos se encuentran en el terreno de la mera especulación, su existencia es por demás aceptada; pero hasta que no se descubra su real estructura los agujeros negros seguirán siendo enigmas del espacio lejano.
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